Las caries son zonas dañadas de forma permanente en la superficie de los dientes que se convierten en pequeñas aberturas u orificios. Las causas más comunes de la caries dental son las bacterias, la ingesta frecuente de tentempiés, el consumo de bebidas azucaradas, la formación de placa y una limpieza dental deficiente.

Factores de riesgo para la aparición de caries

Los principales factores de riesgo para la aparición de caries son:

La ubicación del diente. Las caries casi siempre aparecen en los molares y premolares, ya que son piezas con muchos surcos, grietas y varias raíces que pueden acumular partículas de alimentos. Las caries de corona aparecen en la zona de masticación, tienen una coloración muy evidente y se suelen dar en los niños. Las caries interdentales aparecen entre los dientes ya sea por la formación de sarro o los restos de alimentos; una forma de prevenirlas es usando a diario el hilo dental. Las caries radiculares afectan a la raíz del diente y se producen por el espacio que se queda entre la encía y el diente y que, con el paso de la edad, es cada vez mayor. Las caries secundarias, en su caso, se producen por debajo o alrededor de empastes u otros trabajos odontológicos.
Hay comidas y bebidas que producen caries dental. Hablamos de, por ejemplo, el azúcar blanco, los refrescos, las golosinas y dulces, las patatas fritas, los zumos y néctares de frutas, los batidos, las frutas confitadas, el kétchup y los frutos secos fritos.
La caries del biberón se produce cuando le ofrecemos un biberón de leche a un niño antes de acostarse. Es cierto que se trata de una práctica habitual entre los padres, ya que la leche es un alimento esencial para los más pequeños y, en ocasiones, les ayuda a conciliar el sueño antes de dormir. Sin embargo, se trata de un hábito muy dañino para la salud bucal de los más pequeños. ¿La solución? limpiarle la boca tras el biberón con agua o una gasita.
El flúor es un mineral esencial para el organismo. En el cuerpo se encuentra en pequeñas cantidades pero es imprescindible por el papel que desempeña en la formación y fortalecimiento de la estructura ósea y, en especial, en la salud dental. Niveles demasiado bajos de flúor pueden favorecer el desarrollo de caries dental, así como posibles alteraciones en el proceso de endurecimiento de los huesos. Sin embargo, su ingesta en exceso también puede resultar perjudicial dando lugar a manchas en los dientes, salivación deficiente, dolor de estómago o alteración del gusto.
El ardor de estómago o la enfermedad de reflujo gastroesofágico puede hacer que el ácido estomacal suba hasta la boca (reflujo), lo que provoca el desgaste del esmalte y causa un daño importante en los dientes, exponiéndolos al ataque de las bacterias y creando caries.

En definitiva, ante el mínimo síntoma de dolor o posible caries dental, no dudes en acudir a tu dentista más cercano. Nuestra clínica dental en Campo de Criptana es referencia en el sector en la zona y ayudamos y asesoramos a nuestros pacientes en su salud bucal.